Winona Riders llega por primera vez al Estadio Obras. El 9 de mayo, la banda del oeste bonaerense presenta No hagas que me arrepienta, su tercer disco, y da el salto más grande de su carrera. Formados en 2018, eligieron como nombre el de una actriz de culto, y como bandera, la autogestión. Entre cables cruzados, fechas en bares y grabaciones caseras, construyeron un sonido crudo, sincero y potente. Hoy, ese camino los lleva al Templo del Rock. Ariel Nigrelli (voz y guitarra), Ricardo Morales (guitarra y coros), Mauro Arenas (sintetizadores), Santiago Vidiri (bajo), Gabriel Torres Carabajal (percusión) y Francisco Cirillo (batería) conforman el grupo. Su música combina krautrock, psicodelia, distorsión y pulsos hipnóticos, con espíritu barrial y mirada al espacio.
Desde sus inicios apostaron al boca en boca, los flyers hechos a mano y la grabación en vivo en bares oscuros. Esa militancia forjó una base fiel que fue creciendo en silencio. El nuevo disco marca un momento de madurez y expansión. Con dos EPs en vivo —Niceto Lado B y Strummer Bar— y un álbum anterior de título existencialista (Esto es lo que obtenés cuando te cansás de lo que ya obtuviste), trazaron una identidad sonora única.
Después de su primera gira fuera del AMBA, con fechas en Uruguay, São Paulo, Lima y Santiago, están listos para un hito: Obras. Un lugar que sigue teniendo mística, incluso en tiempos de algoritmos. Lo que comenzó como un experimento entre amigos hoy es una banda capaz de llenar estadios sin perder su esencia. Porque si algo aprendieron estos años es que no alcanza con llegar: hay que hacerlo con estilo propio.