Lourdes Fiorella Slajher, conocida en el ámbito urbano como Low, nació el 21 de mayo de 1997 en
el interior del Chaco, oriunda de Coronel Du Graty. Ella se descubre en la música a los nueve años escuchando Britney Spears, y, al no saber inglés, creando sus propias letras sobre la estructura de la instrumental; tiempo después descubriría que eso se definía como freestyle. Emocionada, con el sueño de ser cantante, empezó a componer a esa misma edad, canciones que hasta el día de hoy atesora. “Hoy leo esas canciones y no puedo creer que las escribió una nena tan chica”, expresa. Low es una persona que consideró su infancia y adolescencia como malas experiencias en general,  poco a poco su autoestima estuvo golpeada por amigos y familiares, por lo que ser artista quedó como un sueño y nada más. Con el tiempo conoció su voz y su manejo de instrumento, logrando recibirse extracurricularmente de profesora de teclado, pero aun así no le cabía en la cabeza la posibilidad de dedicarse a esto, lo veía como un ideal, un imposible.

A los 18 años se fue a vivir a Corrientes Capital, con un bolso y un poco de plata que con mucho esfuerzo le brindaron sus abuelas. Empezó a estudiar abogacía y de a poco empezó a construir lo que en su cabeza era su futuro definitivo. En esa ciudad pudo conocer las batallas de gallos y mediante una red social vió que había una en
una plaza conocida. Ella fue sin dudarlo, quedó encantada y empezó a entrenar para competir. Pasando los años, tuvo la propuesta de dos amigos productores de poder grabar su primera canción en base a una maqueta que ella les había enviado, ellos se encontraban a un puente de distancia en Resistencia, Chaco; quedaron en encontrarse en una semana y empezó la pandemia. Ella, resignada, solo siguió haciendo música para ella. Tiempo después vuelve a tener contacto con las personas que hace años había conocido (y visto por única vez) en esa batalla de freestyle en la plaza. Ellos la incentivaron a publicar su primer tema, pero en el proceso, le decían que tenga
metas realistas, que en realidad eso no la iba a llevar a ningún lado. Sin embargo, ella hizo público su single Calvin: “Yo toda la vida había escuchado los no, estaba tan acostumbrada que ya no lo tomé en serio”, dijo. Ya siendo abogada, ejerciendo y trabajando también de moza, renunció a su trabajo de mesera y decidió no ejercer abogacía, ella nos cuenta que en ese momento de revelación pensó: “era exactamente la forma en la que iba a ser infeliz el resto de mi vida”. 

Tuvo la oportunidad de conocer la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la invitación de su amiga a pasar unos días juntas, pero las puertas se abrieron muy rápido y decididió quedarse a vivir aquí
en forma inesperada e impulsiva. Un martes por la noche fue sola a un espacio cultural llamado “Otra Historia”, donde se hacía la fiesta Livre. Ahí conoció muchos artistas y ya no se sintió tan sola; ellos fueron indispensables para que ella suba a su primer escenario en la ciudad, específicamente en la fiesta Trappink. Actualmente, orgullosa de haber tomado todas sus vivencias como base para la resiliencia, se siente con una fuerza mental y espiritual que nunca hubiese imaginado tener. De show en show, convocada en cada vez mas escenarios y creando mas canciones que sacará muy pronto, creando su propia realidad, la Chaqueña ya no se siente tan pequeña en la ciudad de la furia.

Fuente: Bio Artista